Esta mañana, en Espejo Público, de
Antena 3, han explicado en detalle la realidad detrás de este vídeo, y desde
luego es todo muy diferente a lo que el vídeo intenta parecer:
Es importante de entrada saber que el vídeo empieza a grabarse cuando ya
se llevan varios minutos de discusión.
Parece ser que era el cumpleaños del chaval de la sudadera gris, titular
del alquiler de esa vivienda. Y había varios amigos suyos que habían acudido,
saltándose las normas del confinamiento, a su piso para hacer una pequeña
fiesta.
Pusieron música alta (el himno de España, entre ella, al parecer), lo
que ocasionó una denuncia de los vecinos que motivó que acudiera la policía, a
la que al llegar le señalaron los denunciantes el piso supuestamente infractor.
Los agentes (cuatro, dos uniformados y dos de paisano, esto es lo único
que no entiendo bien) llamaron a la puerta. Abrió el chaval titular de la
vivienda, le explicaron la situación y, tras una breve conversación previa, le
pidieron si podían entrar a echar un vistazo, a lo que el chico dijo que sí
Dentro había tres o cuatro personas más "visibles" y dos
ocultas: una chica escondida en un armario y otro (el que luego en el vídeo
levanta la voz y "echa" fuera a los guardias) estaba escondido debajo
de una cama, de la que acabó saliendo y, diciendo ser abogado. Éste les dijo.
de la forma que se aprecia en el vídeo, que salieran del piso por no tener una
orden judicial.
Es a partir de aquí cuando empiezan a grabar, obviando todo lo
anterior en el vídeo
Le explicaron los policías por lo que habían acudido y que tenían
permiso del titular para entrar, pero "el abogado" les contestó que
él era conviviente en el piso y que por tanto que se fueran. Los guardias les
pidieron entonces el contrato de alquiler para comprobar titularidad y
ocupantes, a lo que se negaron. Dijeron estar todos de alquiler en el piso, lo
que no era cierto según declaraciones de los vecinos. El "conviviente"
indujo al verdadero titular del piso a retirar a los guardias el permiso de
entrada, con lo que estos salieron de nuevo al rellano, desde donde les
pidieron que se identificaran, a lo cual se negaron, cosa que "el
abogado" debería saber que no puede hacer.
Y hasta ahí puedo contar; no sé qué
actuaciones seguirá la policía a partir de ese momento, pero en mi opinión, eso
no debería quedarse ahí; y está muy claro que no es la policía quien ha actuado
incorrectamente. "Tancar la porta" en las narices de ellos no parece,
en efecto, nada correcto. Aunque no faltarán revolucionarios de salón y
mentecatos varios que lo verán bien y aplaudirán.
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