A pesar de la elaborada y transformista maniobra de "tocata y fuga", parece ser que la cuestión se ponía demasiado vergonzosa como para aceptarla, de ahí que se haya producido el hecho inevitable de la suspensión.
Todo ello sin menoscabo del derecho de inocencia que a todos nos asiste, y de que una vez juzgadas las tres causas bien pudiera resultar inocente, los cauces legales y la Justicia determinarán.De momento y hoy (solo hoy) bien se puede aplicar aquello de:
"Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre" (Sultana Aixa (madre de Boabdil).
En todo caso, otros, muchos, justa o injustamente, tuvieron que llorar solos y sin el acompañamiento ni el afecto corporativo de tan "independientes" compañer@s.
viernes, 21 de mayo de 2010
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