Muchos políticos y medios de comunicación nos cuentan que la sostenibilidad
de las pensiones y su revalorización con arreglo al IPC, todos los años, no se
puede llevar a cabo con las cotizaciones a la SS de los que están en activo. Y
así parece que es, con los sueldos de miseria que en muchos casos se cobra, con
la precariedad del empleo y el paro que tenemos, y pagando, con el dinero
recaudado, partidas que deberían ser pagadas con los PGE. Pero es que además si
no hay suficiente dinero con lo que se recauda con las cotizaciones de los
activos para pagar las pensiones, que se tire de los PGE, como se hace para
otras tantas cosas, menos importantes y menos necesarias que las pensiones y
para la mayor parte de la sociedad.
Subir los impuestos a los bancos, empresas, a las grandes fortunas y a los
que más ganan o cobran sueldos astronómicos, está muy bien, pero si luego no se
les controla y se deja que hagan lo que quieran, se les permite que suban las
comisiones y precios de sus productos y servicios; si no se controla a los que
más tienen, a los poderosos para que no evadan impuestos. Las subidas de
impuestos que anuncian al final repercutirán en el pueblo llano, en nosotros, y
no servirán para nada. Por tanto, no basta con subir los impuestos a los que
más tienen, para repartir mejor la riqueza del país y para que haya dinero para
el mantenimiento y actualización de las pensiones hay que controlarlos para que
no haya abusos y evasión de impuestos.
También hay que gestionar mejor los recursos del Estado, que no son
infinitos, pero si suficientes si se reparten con más racionalidad, eliminando
duplicidades administrativas que no sirven para nada, excepto para crear
problemas; dando menos subvenciones a los partidos políticos, sindicatos,
asociaciones empresariales, fundaciones y un largo etc.; y haciendo más
transparente la gestión pública para evitar en lo posible las corruptelas que
tanto nos cuestan.
Todas estas cosas seguro que no son del agrado de la mayor parte de los políticos
y de muchos de sus seguidores, menos aún del gobierno, posiblemente no las
consideren políticamente correctas, pero mucho me temo que no hay mucho donde
elegir. O se atienden las necesidades de primer orden de la mayor parte de los
ciudadanos como son las pensiones, la sanidad pública y la enseñanza, entre
otras, o se sigue favoreciendo a ciertas clases elitistas, jerárquicas o
dominantes de la sociedad.
Muchos pensionistas estamos convencidos de que nos asiste la razón y el
derecho para hacer las reivindicaciones que hacemos, como son: la actualización
de las pensiones con arreglo al IPC todos los años, la retirada de lo que
llaman el factor de sostenibilidad, la suspensión del copago de los medicamentos,
y la derogación de los coeficientes reductores a los que hayan cotizado más de
40 años, aunque por alguna causa se tengan que jubilar antes de la edad
reglamentaria. Estas, entre otras, son las reivindicaciones y de no ser
atendidas por los grupos políticos y/o el gobierno, lo mínimo que podemos
hacer, aparte de seguir manifestándonos, siempre que podamos. Es tomar nota de
ello para pagarles con la misma moneda en las próximas elecciones.