No se trata de poner difícil o fácil se trata de que las cosas
sean o no fáciles.
· Y desde luego,
P. Sánchez se encuentra con una España donde, con todos los problemas, ahora
hay margen de maniobra para actuar, (desde el plano económico).
· Se encuentra
con un problemón que es buscar una manera de restablecer la unidad de España,
rota por el independentismo catalán desde las instituciones y con amenazas,
aunque tímidas, desde los ámbitos vascos.
· Se encuentra
con su competidor natural, hasta ahora, que es el PP, dolido por el “mandoble”
recibido e intentando reponerse en su rincón del cuadrilátero.
· Por otra parte
tiene a su lado al peor de los amigos de los que bien se puede decir aquello de
“con amigos como estos para qué quiere uno enemigos” (Unidos Podemos y sus
variantes)
Pero, en estas pocas horas que han pasado desde el viernes,
observo que el periodismo en general todavía anda más torpe que la política, y
siguen hablando de unos y de otros en las mismas claves que hablaban antes de
la MC. Siguen criticando al PP de forma
desaforada aquellos que le criticaban como si todavía estuviera en el gobierno
y fuera el partido al que hay que derrocar.
¿Será que en su ofuscación no se enteraron del resultado de la MC? Por otra parte los medios menos duros con el
PP están tratando de encontrar las causas de cómo se llegó a esta situación,
¿otros que no se han enterado?. Para
mi todo esto demuestra que esta situación ha sido un auténtico “shock” y que
tendremos que esperar unas semanas hasta que todos se enteren y sean conscientes
de que ahora el gobierno de España lo ostenta el PSOE y que es P. Sánchez quien
tiene que mover ficha nombrando su equipo y estableciendo un conjunto de
prioridades de actuación. Y, en mi
opinión, hará bien en no estar demasiado pendiente de lo que los “medios”
quieren de él. El PSOE ha gobernado
muchos años en España, y, cuando no se ha dejado llevar por la precipitación ni
por dar gusto únicamente a los que le jaleaban, ha gobernado de forma muy
digna. Esperemos que el nuevo gobierno
siga siendo el adalid de la política con mayúsculas.