Hace unos días que estuve leyendo, tengo que decir que, con bastante asombro, varias noticias sobre el último informe que ha realizado el Banco de España acerca de las Pensiones en España. Algunos titulares son: “Los pensionistas reciben un 74% más de lo que cotizaron, según el Banco de España” (El País) y “Cada jubilado español cobra una media de 1,74 euros por cada uno que cotiza” (Las Provincias), pero hay más. Quizás han leído algún artículo al respecto.
Después de leerlos pensé que, como decía aquel, “no se pueden mezclar churras con merinas”, y me resultó curioso el número 1,74 (ya saben que los números son traicioneros, al final les diré a qué me refiero).
No voy a entrar en los números que plantea el Banco de España, sino simplemente en decir que el enfoque que plantea es bajo el prisma de la inversión financiera cuando las pensiones (de reparto) no lo son, mal que a alguno le pese.
El Banco de España, según el artículo de El País, dice que “El Banco de España ha calculado la rentabilidad anual de las pensiones una vez descontada la inflación: un 3,5% de media. En el acumulado, el jubilado que se retiró en 2017 recibirá, en promedio, un 74% más de lo que puso en contribuciones a la Seguridad Social. O lo que es lo mismo, por cada mil euros que cotizó cobra 1.740 euros. Es decir, los pensionistas están ingresando más de lo que han aportado.” Por otro lado, en el diario Las Provincias se afirma que “La entidad calcula que el sistema de pensiones provee a cada jubilado de una media de 1,74 euros por cada euro que este aportó durante su vida laboral, aunque hay grandes diferencias entre los distintos tipos de pensiones.”
Pero ¿alguien ha probado a medir el agua que cae de un grifo utilizando una cinta métrica? Parece complicado, difícil… ¡Es imposible, no están relacionados! igual que no lo están los conceptos que se han manejado aquí.
Así empieza (y acaba) la confusión: los trabajadores en España no aportan nada a un sistema público de pensiones de capitalización (como inversión a futuro) del que recibirán su pensión cuando se jubilen y que, generalmente, debería ser algo superior a lo aportado si se siguen los cánones de los mercados financieros. Esto Parece que la visión única de la realidad es aquella en la que todo lo pasa por el tamiz de la capitalización financiera y la rentabilidad, o por la lupa de los mercados financieros, pero resulta que el Sistema Público de Pensiones en España es un sistema de REPARTO, y NO DE CAPITALIZACIÓN, y por ello no se pueden aplicar principios financieros para cualificar algo que ni en sus principios, ni en sus conceptos, ni en sus reglas, tiene una base y unos objetivos financieros, sino SOCIALES.7
que no lo están los conceptos que se han manejado aquí.
Así empieza (y acaba) la confusión: los trabajadores en España no aportan nada a un sistema público de pensiones de capitalización (como inversión a futuro) del que recibirán su pensión cuando se jubilen y que, generalmente, debería ser algo superior a lo aportado si se siguen los cánones de los mercados financieros. Esto no ocurre así en realidad.
Los trabajadores (y también las empresas en su nombre) cotizan a la Seguridad Social un porcentaje sobre una determinada base de cotización, cuyo importe no es una inversión a futuro en los mercados financieros, sino que se dedica a pagar a los jubilados del momento. Es decir, lo pagado en cotizaciones a la Seguridad social en 2020 se dedica por ésta a pagar las pensiones de 2020, y no hay más.
Por otro lado, cuando se llega a la jubilación se calcula la pensión a percibir, según determinadas reglas, y teniendo en cuenta las bases de cotización de los últimos “x” años, pero no lo pagado en cotizaciones en dichos años que, insisto, no es una inversión financiera, por lo que no entiendo que se le apliquen conceptos como el de rentabilidad, o la comparación de lo pagado en aportaciones con la pensión recibida.