domingo, 11 de febrero de 2024

De dictadura a la oligarquía de partidos.


 

El término “idiota” —del término griego idiötës— traducido “simple oyente” o también “ignorantes” palabras que no quiero utilizar como insulto ni descalificación de nadie, sino más bien para animar a la gente a no ser como los idiötës de la Grecia clásica que no asistían a la Asamblea de las polis (unidades sociales y administrativas) en la que se tomaban las decisiones relevantes para la comunidad. Me parece que como ciudadanos de un país como España tenemos todos el deber de informarnos e informar a los demás de los temas que entiendo que a todos nos deben de afectar y no solo el de ir a votar, cuando nos lo pidan, que más que un deber es un derecho.

Desde la transición política en España, y en los últimos tiempos más que nunca, vivimos en un régimen político donde impera la arbitrariedad, el despotismo, el nepotismo, la corrupción, los privilegios políticos, la desigualdad en el cumplimiento de las leyes, y el favoritismo a unas u otras autonomías según el signo político de quien las gobiernan o peso político en las elecciones generales por el gobierno de turno. Vivimos en un régimen de partidos donde estos tienen atrapada la soberanía de la Nación y el Estado, que debería pertenecer al pueblo si verdaderamente existiera lo que llaman democracia. Pero no es así, porque en el cambio de régimen del 78 los partidos políticos se otorgaron, a sí mismos, privilegios de poder difíciles de controlar por ningún otro poder o institución del Estado y mucho menos por los ciudadanos, lo que permite a los que gobiernan hacer prácticamente lo que quieran sin transparencia y sin ningún tipo de control.

En España ahora mismo tenemos tres grupos de partidos políticos: el grupo de izquierdas siendo el más representativo el PSOE, en el grupo de derechas el PP y el grupo de los nacionalistas vascos y catalanes. Estos partidos son los que han gobernado y gobiernan España desde el cambio de régimen (de dictadura a la oligarquía de partidos), donde los jerarcas de los partidos políticos negocian entre ellos temas políticos y económicos especialmente de ellos para repartirse el poder del Estado, la Nación y el dinero de nuestros impuesto siempre de espaldas al pueblo, como están haciendo ahora con la amnistía a los implicados en el procés catalán, condonación de la deuda generada en la autonomía catalana por la corrupción política y mala gestión de sus dirigentes, que ahora tendremos que pagar todos los contribuyentes, cesiones fundamentales del Estado, y todo lo que pidan tanto los nacionalistas vascos como los catalanes a cambio de que P. Sánchez y el PSOE permanezcan en el poder. Está claro que a ninguno de ellos les interesa la democracia de la que tanto alardean, y para ello tienen que tener al pueblo políticamente dormido, infantilizado, manipulado, sumiso, obediente y engañado, para poder seguir con sus privilegios sin ningún tipo de problemas. Todos los que representan y defienden el actual estado de partidos, no quieren la separación de poderes, ni que la sociedad civil esté verdaderamente representada.

Todos los partidos políticos que nos han gobernado y gobiernan en autonomías o el Estado tienen intereses comunes como son: A) ley electoral vigente injusta y antidemocrática, porque no permite a los ciudadanos elegir directamente a su Gobierno, ni a sus representantes en el Parlamento, además de que todos los votos no tienen el mismo valor. B) Estado de las autonomías, nidos de despilfarro de dinero público, chiringuitos, corrupción y división de España. C) Ninguno quieren la separación de poderes, lo que quieren es seguir viviendo del Estado y los partidos mayoritarios y nacionalistas controlar todas las instituciones del Estado, sobre todo cuando forman gobierno. D) Subvenciones indiscriminadas a partidos políticos, sindicatos, asociaciones empresariales, etc. E) Agenda 2030 impuesta por las elites mundiales, con todo lo que esto conlleva, pandemias, vacunas, reducción de la población mundial, migración descontrolada, rotura de embalses de agua, utilización del cambio climático para imponer restricciones e ideologías social-globalistas que de otra forma no se llevarían a cabo, etc. O sea, todo lo que está creando injusticias, desigualdades, separatismos, corrupción, incertidumbre, pobreza, dependencia del exterior y sin duda desprestigio y decadencia de España y de sus ciudadanos. En todas estas cosas están de acuerdo prácticamente todos los partidos políticos, y si alguno de ellos se sale un poco del guion le tachan de ultraderecha o extrema derecha, lo aíslan y eliminan si pueden entre todos y los medios de comunicación (subvencionados) para que no se les oiga y puedan influir en la población. ¿En estas condiciones podemos o más bien debemos confiar los ciudadanos en alguno de estos partidos políticos que promueven y defienden estas formas de gobierno, sin hacernos daño a nosotros mismos? 

Para que haya democracia es fundamental no confiar simplemente en la buena voluntad de las personas que acceden al poder, sino más bien en un sistema que no permita el incumplimiento de las leyes, el abuso de poder, ni la corrupción. O sea, en unas reglas del juego político bien definidas que protejan la democracia, la nación y al pueblo, y en un sistema electoral justo y democrático donde todos los votos tengan el mismo valor y los ciudadanos puedan elegir a sus representantes directamente sin estar tutelados por los partidos políticos. Mientras que no demos pasos en este sentido, no se soluciona ninguno de los grandes problemas que tenemos y se avecinan en nuestro país, iremos de mal en peor y seguiremos embarrados en la corrupción de todo tipo sin llegar nunca a vivir en democracia, por mucho que vayamos a votar cuando nos lo pidan, viviremos en una dictadura de partidos políticos con todo el poder del estado a su disposición.