17 fueron las veces que Pedro le dijo que no a Mariano y 45 fueron las noches en que mantuvo su negativa, hasta que fue designado por el Rey para someterse a la investidura:
En uno de los párrafos refiere exactamente lo siguiente:
"Así que el concurso del Partido Popular no es sólo conveniente, sino también necesario para afrontar alguna de las reformas que necesita nuestro país".
Espectacular, o sea, que primero me niego no a pactar que eso sería relativamente aceptable, sino ni tan siquiera a hablar, y posteriormente te cito para acometer no se sabe que diálogo para no se sabe que reformas, para no se sabe que intereses, y todo ello para no se sabe con qué compañeros de viaje. Vamos, que con tamaña actuación y posterior oferta, no queda otro remedio que apodar a Pedro Sánchez como "El Generoso".
Mariano, y volviendo a la canción de Sabina, podría pensar perfectamente que Pedro:
"Siempre tuvo la frente muy alta,
La lengua muy larga
Y la falda muy corta"
En fin, deberá Pedro Sánchez buscar otros horizontes, que probablemente ya tiene explorados, ajustarse los machos, controlar los palos del sombrajo, y negociar con los fenicios toda suerte de transacciones, hipotecas, alquileres, pignoraciones, y demás cálculos inherentes a conseguir la cuadratura del círculo, es decir, conseguir la Presidencia del Gobierno con 90 diputados.
Dado que con Ciudadanos, suponiendo que Ciudadanos se aviniera, sin la aquiescencia del PP no sería posible la pareja de hecho, solo le queda una dirección. Y de conseguir matrimoniar con las damiselas que baraja, o por mejor decir que lo barajan a él, prepararse para una convivencia corta y tortuosa, y guardar si sabe, si puede, y si estuviera a tiempo, un mínimo de dignidad para:
"Ni ser el fantoche
Que va, en romería,
Con la cofradía
Del santo reproche".