Ni la sanidad y mucho menos los gobernantes que tenemos están a la altura de las circunstancias para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
Los gobiernos no saben gestionar, solo saben de politiqueo barato, engañar a los ciudadanos y criticar al oponente, colocar a sus afines, despilfarrar el dinero del Estado y hacer lo posible por mantenerse en el poder cueste lo que cueste. Y la sanidad mal dirigida, mal coordinada y dividida, con falta de recursos humanos y técnicos, en la mayor parte de las autonomías, por falta de presupuesto, hacen cada vez más difícil una salida más o menos airosa de la pandemia del coronavirus que amenaza con más contagios, más muertes y con una crisis económica que nos lleva irremediablemente a la ruina económica y quién sabe si a algo mucho más peor todavía.
Esta es la cruda realidad que vivimos en España. Y lo peor de todo es que no podemos esperar mucho de los poderes del Estado, sino más bien todo lo contrario, más problemas como los escándalos de corrupción, más inseguridad y miedo por la falta de certidumbre del futuro que nos espera.