Sus impulsores se sienten muy orgullosos, aunque -según han
contado al suplemento Crónica de El Mundo- no prefieren no dar su teléfono o
nombre completo a los periodistas que se lo preguntan. Lo cierto es que este
grupo de vecinos de un pueblo de Lérida, ha conseguido vender todos y cada uno
de los 8.000 euros falsos que han acuñado como "moneda de la
república".
Han diseñado cada una de las monedas en curso actualmente
(de 1 y 2 euros, de 50 céntimos, de 20, de 10, de 5, de 2 y de 1) con motivos
similares a los que ya tienen los euros de curso legal, pero con simbología de
la "República catalana". Así, las monedas de 1 y 2 euros tienen por
el reverso una imagen de los famosos "castellers". Las de 50, 20 y 10
céntimos, lucen una representación de "San Jordi" matando al dragón.
Por último, los de 1, 2 y 5 céntimos, muestran una imagen
que recuerda mucho al águila de San Juan, pero que en realidad representa al
ave "Fénix" asociado al nacionalismo catalán. Una simbología empleada
por grupos separatistas. Según algunos expertos, el símbolo del ave fénix se
vincula al movimiento romántico de la 'Reinaxença', que sentó las bases del
nacionalismo catalán en el siglo XIX. Más tarde, cuando llegó la II República,
otros grupos ultras o radicales adoptaron el mismo símbolo. Se trata de los
grupos armados como "Nosaltres Sols" o "Estat Catalá". El
primero de ellos adoptó su nombre de una mala traducción del "Sinn
Fein", el brazo político del grupo terrorista IRA.
En nuestros días, el fénix es empleado por grupos
separatistas radicales y se identifica como un símbolo ultra, asociado también
a movimientos neonazis en Cataluña. Es recurrente encontrar entre estos grupos,
individuos con el fénix y la estelada tatuados en el cuerpo.
Más
allá de la simbología, los impulsores de esta iniciativa buscan "trabajar
para el advenimiento de nuestro país" y por eso han
destinado el 20% de lo que han obtenido por la venta de los 1.000 estuches (con
8 monedas cada una) a una donación a la causa separatista. Según dicen ellos
mismos, han hecho la donación a "una organización que trabaja para la
liberación de nuestro país".
En
este momento, las "primeras pruebas" -como lo han llamado los impulsores
de la iniciativa- están agotadas, tras venderse a 10 euros cada estuche. Aún
así, las peticiones siguen llegando y se plantean pedir una nueva hornada de
monedas.
Más
allá del evidente contenido político que tiene estas monedas, y que fue uno de
los principales motivos de sus impulsores para sacar adelante la idea, éstas no
son de curso legal, y así lo dejan claro en el paquete que las acompaña. En
cualquier caso, están acuñadas de forma casi calcada a los euros y es
fácilmente confundible en el canje diario de monedas.
La
idea surgió, dice Crónica, entre Tarragona y Lérida y se desarrolló gracias al
famoso programa Autocad. Un programa de alineación profesional. Borraron la
cara del Rey de España y comenzaron a surgirles las ideas. Ya que no tienen todavía
un "presidente de la República Catalana", decían sus impulsores, se
pensó en un castellers, en san Jordi y el Ave Fenix. De ésta última, dicen que
"es un símbolo catalán porque proviene del diseño que el arquitecto Lluis
Domenech i Montaner realizó para la revista la Renaixensa a mediados del
XIX".
Sabedores
de que acuñar moneda falsa está penado, los impulsores han destacado que sus
monedas tienen "aproximadamente" un milímetro menos de diámetro, el
borde es liso y no están producidas con las mismas aleaciones metálicas. Pese a
todo, las monedas pueden inducir a engaño. Además, el Parlamento Europeo y su
reglamento número 1210/2010 mantiene prohibida la
"fabricación, venta, importación y distribución" de cualquier
"medalla" si el tamaño "está dentro de la gama de
referencia" o el "diseño es similar" al euro.
Un
grupo de expertos consultado por Crónica, destaca que estas monedas pueden
"colar" como auténticas, por eso "exigen que esas medallas
lleven un número de curso legal en el anverso o en el reverso de la medalla o
ficha. O, si no, hacerles un "agujero central superior a seis milímetros,
o forma poligonal de hasta seis caras"". Otra opción es fabricarlas
en oro, plata o platino. Tampoco fue el caso.
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