En todas las crisis hay ganadores y perdedores, pero España
parece que tiene un abono en el grupo de perdedores.
GANADORES Y PERDEDORES
"Después de todas las crisis, como en las batallas,
pasado el tiempo siempre hay ganadores y perdedores relativos. Ya los hubo en
la crisis económica anterior del 2008 y los volverá a haber ahora. En dicha
crisis hubo dos países manifiestamente perdedores: España e Italia, que vuelven
a estar juntos de nuevo como seguros perdedores de la nueva crisis que nos
envuelve. En la anterior fueron los países que sufrieron más años de caída del
PIB y acumularon los peores resultados económicos, mientras incrementaban su
deuda pública, sobre todo España, más que nadie.
Fuente: Banco Mundial
Todavía andan las izquierdas, y más ahora, mintiendo con su
famosa patraña del “austericidio” según el cual durante la anterior crisis
España no aumentó suficientemente su gasto público, y lo que es peor, ahora lo
estaríamos sufriendo en la sanidad pública. Con los datos incontestables del
siguiente cuadro España –junto con Irlanda- fue el país que experimentó un
mayor crecimiento acumulado de su deuda pública: más del 90% en el periodo
2007-2014 –se multiplicó por tres–y la hemos seguido aumentando. En el mismo
periodo, todos los países se endeudaron mucho menos y crecieron mucho más que
España; Irlanda ha reducido su deuda a la mitad y España la mantiene.
Fuente: DEBT AND (NOT MUCH) DELEVERING. McKinsey Global
Institute, February 2015
Ahora, los perdedores –España e Italia–, estamos pidiendo
auxilio a los países europeos que hicieron sus deberes mientras nosotros
gastábamos lo que no teníamos, para que nos auxilien financieramente al haber
perdido por el camino nuestra autonomía financiera.
Y si los datos económico-financieros del reciente pasado son
pésimos, el porvenir que nos espera es doblemente preocupante: a una muy mala
–como veremos- gestión de la crisis sanitaria le está sucediendo otra
institucional que puede ser aún peor, estando ambas interrelacionadas.
Si como hemos visto hay claros ganadores y perdedores en las
crisis económicas, en las sanitarias sucede igual; y puesto que ambas son
ecuménicas, los países que mejor las gestionan son los ganadores y los que peor
los perdedores. ¿Por qué España e Italia presentan los peores resultados de la
pandemia que estamos sufriendo? ¿Por qué Corea presenta unos resultados tan
buenos? La respuesta es obvia: en Corea se han hecho bien las cosas y aquí mal.
Todo indica que la gestión española de la crisis consistió en:
1. Negar el problema las primeras semanas, al estilo de
nuestros políticos; Zapatero negó la anterior crisis económica, Rajoy negó la
crisis catalana y Sánchez la actual crisis sanitaria.
2. Como consecuencia, se adoptaron medidas insuficientes,
oscilantes e incluso irresponsables; como la autorización de la manifestación
del 8M.
3. Adoptar desde el comienzo información basada en la
morbilidad administrativa y no la real -que es mayor- con lo que los datos que
se manejan no responden a la realidad.
4. Padecer la división de España en 17 sistemas sanitarios no
integrados en un único sistema de información y con bases de datos
incompatibles.
5. No prestar atención a la identificación de los casos
contagiantes, al no hacer los test que clama la OMS y han hecho Alemania y
Corea.
6. Como consecuencia, se ha acometido la medida extrema -no
utilizada en los países ganadores- de paralizar la economía, lo que se habría
evitado si se hubieran identificado los casos contagiantes.
7. La inicial negación de la crisis ha arrastrado una grave
imprevisión a la hora de dotarnos de dispositivos de detección y protección,
cuya gestión de compras ha sido manifiestamente mejorable.
8. Finalmente, alcanzado el cénit de contagiados y
fallecimientos, el 6 de abril el Gobierno se plantea detectar y aislar a los
portadores asintomáticos, que es lo debería haber hecho desde el comienzo, como
Corea, que apenas ha tenido decesos.
De todo lo dicho, y más allá del vergonzoso drama humano que
significa ser líderes mundiales junto con nuestro compañero “perdedor”, Italia,
por fallecimientos “percápita”, la consecuencia más grave de la pésima gestión
del gobierno es el confinamiento de nuestra economía. Dicho más claramente:
España tiene una mortalidad por 100.000 habitantes de más del 25% por el 1,4%
de Alemania y menos del 1% de Corea, mientras nuestra economía está en
cuarentena y la de los países ganadores está funcionando.
Y en tanto padecemos estas gravísimas circunstancias, una
parte del gobierno –muy influyente hasta ahora– considera abiertamente –con TVE
al frente– que ésta es una buena ocasión para desmontar nuestro edificio
constitucional y de paso a quien tan bien lo corona, S.M. El Rey.
La posibilidad de una descomposición del tejido productivo y
social -paro y pobreza sobrevenida– permitiría a los populistas presentarse
como salvadores del desastre que están -hasta ahora con éxito– tratando de
consolidar; y a la vista está, de quien quiera verlo.
Ante la gravísima crisis sanitaria que estamos viviendo y la
económica ya en ciernes, y la consiguiente amenaza de descomposición de
nuestros grandes logros institucionales, económicos y sociales es extremadamente urgente que el PSOE
siente la cabeza y se junte con el PP y C´s para tratar de sacar adelante
nuestro país de la mejor manera posible: con un gobierno que incorpore perfiles profesionales
intachables, que en España sobran.
Unos nuevos pactos de la Moncloa no son
posibles, pues entonces
todos los partidos políticos remaban en la misma dirección y
ahora los desleales aliados del Gobierno, comunistas y los separatistas, reman
en la dirección contraria. Sólo las fuerzas políticas manifiestamente leales a nuestra
constitución pueden, a partir de ahora, contribuir al buen gobierno de nuestra
nación.
El tiempo corre en nuestra contra y hasta ahora lo único que
escuchamos los ciudadanos es una interminable y cansina retahíla de discursos
propagandísticos y de excusas vergonzantes tras los designios de unas vagas
“autoridades científicas”. Es tiempo de actuar para no vernos una vez más en el
pelotón de los perdedores, pero,
¿Hay alguien ahí?"
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