Se celebra el 50 aniversario de la llegada del Hombre a la Luna en
una embarcación sofisticada y compleja en su época, pero frágil para
tamaña proeza.
Testigo como tantos de aquella aventura, retransmitida para España
por Jesús Hermida, apenas calibraba entonces lo que me narraban y menos sabía
qué recursos humanos y tecnológicos inimaginables había detrás.
Es ahora cuando repasando lo acontecido a través de documentos,
infografías, exposiciones, documentales y libros empiezo a comprender o saber
algo acerca de esta colosal gesta espacial.
La primera vez que unos seres humanos terrestres pisan otro mundo, y
no cualquiera, sino el de nuestra compañera la Luna, la que vemos a diario ahí
arriba, entonces, ahí debajo de esas pisadas históricas.
Unos héroes como en su tiempo Cristóbal Colón y sus compañeros,
desconocedores de lo que podrían hallar en un mundo nuevo, y de los posibles
peligros que acompañaba su viaje y estancia.
Y el retorno, increíble todavía para mí, cómo una lata tan endeble pudiera
ser capaz de despegarse de la atracción de nuestro satélite con sus contadas
fuerzas y emprender el camino de regreso al Planeta Tierra, donde serían recibidos
como superhombres.
Sorprendente el recurso "natural" de la física, gracias a la
gravedad de la luna, de la Tierra, de otros planetas para impulsar estos navíos
y sondas espaciales, permitiéndoles alcanzar velocidades increíbles en la misma
Tierra por los vehículos más rápidos imaginables.
Un escalofrío me invade en su recuerdo: ¡cómo el ser humano, tan pequeño en
el Universo, es capaz de lograr gestas de Supermanes!
Luego vinieron otros alunizajes de los que ni tan siquiera recuerdo
sus detalles y menos sus tripulantes y anecdotarios.
También hubo "sus problemas" y viajes abortados como el del Apolo
XIII cuyo impresionante relato del Comandante James Lovell -llevado
al cine- es estremecedor e interesante por el valor demostrado por esta
tripulación con el apoyo de los Controladores de la Nasa y de un grupo de
mujeres, matemáticas, de raza negra algunas de ellas -y olvidadas por esta
doble condición-, artífices o supervisoras de los cálculos de las
trayectorias que les permitieron regresar a la Tierra.
Y de la muerte en varios accidentes de tripulaciones enteras de astronautas
por fallos en los cohetes (de la Nasa), criticados en algún caso por
científicos como el Nobel de Física Richard
Feynman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario