Más bien cojo poco el transporte público porque me va mejor
usar la moto, pero el día de año nuevo se me ocurrió no coger el coche para ir
a comer, porque llegas y no encuentras
aparcamiento por ningún lado, así que decidimos irnos en el transporte público,
cogimos el metro y después el tranvía que va desde Gorg en Badalona a Glorias
en Barcelona.
Oh sorpresa en el tranvía durante el recorrido entramos unas
setenta personas, de ellas solo pagamos
cuatro billetes, tres un servidor y uno otra chica, el resto todos por el morro
adentro, eso no es lo malo es que te
miran al verte pagar como si fueses un bicho raro. Como entran directamente sin
pagar van y se sientan y los cuatro que pasamos por la maquinita cuando
terminamos de validar el billete tuvimos que ir de pie agarrados a las barras,
jódete y baila moreno ole.
O sea que se cumple el dicho que dice, Dios castiga a los buenos y premia a los
malos, como puede ser que no pague nadie y la autoridad correspondiente no
ponga medidas para evitar esto, es normal que alguno se cuele de vez en cuando
pero esto no la había visto yo en mi vida, ahora veo porque el precio del
transporte público está por las nubes porque cuatro pagamos el gasto de los 64
que no pagan, además es que se te queda al ver esto una cara de primo que no
puedes con ella, como decía un amigo solo pagamos los medio tontos, porque los tontos y los listos no pagan
ninguno, y es verdad.
Donde están los inspectores para meterle mano a estos
chorizos, la verdad es que si pudieran como antiguamente los autobuses el
conductor más el cobrador esta persona se ganaba de largo su sueldo y además no
daría la sensación de impunidad que hay ahora.
Le propongo a quien corresponda que lo mejor sería que cerraran las líneas del tranvía y
así dejaríamos de subvencionar el paseo gratis a tanto jetas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario