Eran más que suficientes 35 minutos para decirse lo que
tenían que decirse, es decir, nada poco más allá de que parece que el domingo
un invierno tardío hará honor a su nombre.
Ciertamente hablo de parte, creo que todos lo hacemos, pero
procuro no pontificar y menos aún dejar de ver lo que a mis ojos es evidente,
sea quién sea el objeto de análisis, de parte sí, pero tomando distancia y
buscando la objetividad.
Después de los 17 noes y la innecesaria acidez con que
algunos de ellos fueron enunciados, poco diálogo puede esperarse en el corto
plazo por parte del Sr. Mariano Rajoy, ni creo que nadie en su sano juicio
pueda esperar la mas mínima colaboración al respecto de una hipotética
investidura del Sr. Pedro Sánchez.
Hay otros actores, hay otros hombres y mujeres al margen del
PP y del PSOE, afortunadamente los hay, pero dado los tiempos y las maneras,
por un momento me vino a la mente aquello de:
"Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de
las dos Españas ha de helarte el corazón" (Antonio Machado)
No será así, no debe ser así, sabemos que todo tiene
solución salvo una cosa, el resto siempre puede recomponerse, así ha sido una y
otra vez a lo largo de nuestra historia.
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