Hay fechas en la Historia que a todos no resultan conocidas
porque en ellas se han producido determinados acontecimientos que han alterado
notablemente el devenir histórico de ciertos colectivos o de toda la humanidad.
Posiblemente el 23 de marzo de 1369 sea
una referencia cronológica que para la mayor parte de los lectores no resulte
conocida, a pesar de que ese día se produjo un acontecimiento que provocó un
giro fundamental en la Historia de España: la muerte del rey Pedro 1 de
Castilla, que supuso un cambio dinástico al acceder al trono castellano la Casa
de Trastámara con Enrique II. ¿Y dónde se produjo este acontecimiento tan
trascendental? Pues en nuestra tierra, concretamente en Montiel.
La joya patrimonial
de Montiel es, sin duda, el castillo de la Estrella, fortaleza que se ubica en
una destacada posición estratégica, sobre todo en la época medieval, pues desde
ella se controlaban importantes vías de comunicación. Este castillo se asienta
sobre un poblado anterior de la Edad del Bronce, del que se han recuperado
interesantes materiales arqueológicos.
Por lo que respecta a la época medieval, las investigaciones
llevadas a cabo nos confirman que el cerro testigo sobre el que se localiza
esta fortificación tuvo una primera ocupación islámica en el siglo IX, aunque
no será hasta la segunda mitad del siglo X cuando el asentamiento no logre
cierto desarrollo, que se mantendrá hasta comienzos del siglo XIII.
De este modo, podemos
afirmar que el castillo de la Estrella tuvo un especial protagonismo en la
comarca del Campo de Montiel durante el califato omeya, la época de los reinos
de Taifas y la etapa de las invasiones norteafricanas de almorávides, almohades
y benimerines. Aunque tras la famosa batalla de las Navas de Tolosa de 1212
prácticamente todo el territorio al norte de Sierra Morena pasó a manos
cristianas, el castillo de la Estrella no fue abandonado por tropas musulmanas
hasta 1227, cuando la Orden de Santiago se hizo cargo de esta fortificación. A
partir de este momento, cambiará su función básica, que pasará de tener un
cometido fundamentalmente defensivo a constituir un centro desde el que la
orden de Santiago desarrolló la administración y explotación económica de este
territorio. A finales de la Edad Media había perdido buena parte de su
protagonismo y, aunque el castillo estuvo habitado hasta comienzos del siglo
XVI, su estado de conservación ya se encontraba en un proceso de grave
deterioro.
A pesar de las
heridas que el paso del tiempo le ha ocasionado, cuando nos acercarnos a
Montiel, el castillo de la Estrella sigue sorprendiéndonos con su orgulloso
perfil, que nos recuerda que en él se produjeron notables acontecimientos que
los trabajos arqueológicos que se están desarrollando en los últimos años están
sacando a la luz, aportando llamativas sorpresas de las que podemos disfrutar,
especialmente en determinadas celebraciones como sus atractivas Jornadas
Medievales, en las que todo el pueblo se involucra para llevar al visitante a
un viaje por el tiempo hasta llegar a 1369 y contemplar los intensos días en
los que la guerra civil castellana entre Pedro I (para unos el Cruel y para
otros el Justiciero) y su hermanastro Enrique de Trastámara se decidió en esta
localidad cuando Enrique, ayudado por Bertrán Duguesclin (el que ni quitaba ni
ponía rey, pero ayudaba a su señor) dio muerte a Pedro.
Para todos los
amantes del patrimonio y la historia debería ser casi obligado visitar Montiel
para conocer con detalle el escenario donde se produjo uno de los acontecimientos
más trascendentales de nuestra Historia.
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