viernes, 18 de abril de 2014

Carta de la Cibeles.

Ya os dije la última vez que no es mejor fútbol aquel que marea la mona con veinte mil pases hasta que se regatea a sí mismo, sino el fútbol bonito, vertical, rápido, veloz.
Porque para velocidad, vaya contigo Bareth, que hasta corriendo por fuera de la banda le sacaste ventaja a un tal Bartra, que a partir de ahora, soñara siempre contigo, incluso cuando conduzca en coche mirara por el retrovisor no sea que aparezcas por el ángulo muerto.
Queridos hijos, tenemos aun la oportunidad de volver a encontrarnos dos veces más este año. El miércoles vienen los barbaros del norte, los teutones, acaudillados por un antiguo romano ahora mercenario de tropas extranjeras, de nombre Pep, no Pepe, ese es uno de nuestros mejores generales, capaz de poner firme a un gamberrete venido de allende los mares, donde dicen que esta la Atlántida, llamado Neynoseque, y que aun no ha demostrado nada en el Circo Máximo.
Igual que aquella otra vieja gloria que ahora no quiere jugar porque no le suben el sueldo y a quien uno de sus generales le dijo que de no ser por ellos no alcanzaría la altura mínima para agarrar el manillar de un autobús.
Queridos hijos, me quede levantada hasta las 4 de la madrugada porque sé que no fallaríais.
Cuidad bien de Cristiano, que lo necesitamos para nuevos triunfos.

Firmado:    Cibeles, diosa romana de la agricultura.


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