La taba es el hueso del tarso que en anatomía se llama
“astrágalo”, y corresponde a un hueso de las extremidades posteriores - lo que
sería la rodilla- de la vaca, oveja, toros o bueyes. Posee cuatro caras: la
mayor se llama “carne”, “suerte” o "rey"; la menor se llama "chuque",
“mala” o "verdugo"; y las dos laterales “hoyo", "ombligo” u
"palo" y “panza o lomo”.
Era uno de los juegos preferidos por los muchachos de los años 60 en la
Mancha. En el patio del colegio o en la plaza era frecuente ver un grupo de
niños jugando a la taba.
Su radio de acción abarca a toda España, República Argentina, partes de
Chile y Bolivia, la campaña paraguaya, el sur de Brasil y toda la República
Oriental del Uruguay.
Un poco de Historia:
El juego de la taba ya se practicaba en la antigua Grecia. También servían
las tabas como objeto adivinatorio y así fue que la astragalomancia se tuvo muy
encuenta en la antigüedad.
Los romanos también jugaron a la taba, a la cual llamaban
"ALEA" (SUERTE), pero con la cristianización
del mundo pagano, el juego fue perdiendo popularidad, sobre todo por su relación
con la práctica adivinatoria. En Europa se conservó en algunas aldeas
pastoriles de las montañas, como un juego de azar.
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