Es habitual ver cómo los deportistas españoles celebran sus hazañas envolviéndose en una bandera de España, o cómo se emocionan al escuchar el himno nacional desde el podio. Sin embargo, el patriotismo exhibido en los momentos de triunfo no siempre se refleja a la hora de hacer la declaración de la renta. Pagar impuestos fuera de España, en paraísos fiscales o en países donde las exigencias tributarias son menores, se ha convertido en la estrategia adoptada por un buen número de importantes deportistas. Por ello, el portavoz de ICV en el Congreso, Joan Herrera, pidió al Gobierno que prohíba a todos los deportistas españoles con residencia fiscal fuera del país participar "bajo la bandera española" en competiciones deportivas, encima les dan medallas al trabajo, los recibe el presidente, el líder de la oposición, todos los medios les dan soporte y los aclaman.
Así, Fernando Alonso paga en Suiza, al igual que el tenista Carlos Moyá; mientras que en el duelo español de Moto GP, Daniel Pedrosa ha fijado su residencia en Londres y Jorge Lorenzo, en Andorra. Sin embargo, no se trata de un fenómeno nuevo: el tenista Félix Mantilla, los hermanos Sánchez Vicario, la ganadora de Wimbledon Conchita Martínez, o el laureado piloto Carlos Sainz son otros casos conocidos.
Si los miembros de la selección española hubieran declarado sus ingresos en España, como se espera de unos individuos que ondean la bandera rojigualda con tanto entusiasmo, habrían pagado un 43% de la prima. En cambio la retención que se aplica en Sudáfrica es del 21%. Hagamos números: 22 futbolistas a 600.000? son 13.200.000?. Si se les aplica la legislación vigente en España tendrían que haber aportado a las cuentas públicas 5.676.000. Acogiéndose a la legislación sudafricana pagarán 2.772.000. Con esos 5.676.000? se podría haber pagado la pensión durante a un mes a 7.000 pensionistas. Mientras estamos en una crisis del copón estos futbolistas hacen patria aportando más de dos millones y medio a las arcas de la Hacienda de Sudáfrica, país que tanto ha hecho por ellos; y deja de aportar más de cinco millones y medio a la Hacienda Española.
Unos patriotas. Eso sí; todo legal, por Dios.
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