No hace mucho que la izquierda en el gobierno, se oponía a la compra de Endesa por la alemana E.On, esta es la tendencia natural de la izquierda intervenir en el mercado cuando entiende que puede producirse una situación de riesgo para sus intereses.
Ahora, tan sólo unos meses después, ante la pretensión de compra del 30% de Repsol por la petrolera rusa Lukoil, la misma izquierda, dice que no interviene en esta operación porque respeta las decisiones de las empresas privadas.
Si examinamos dos párrafos anteriores, en ninguna de las dos compras pretendo inclinarme por la conveniencia o inconveniencia de una u otra operación comercial ni de la postura del gobierno o de la oposición, lo no entiendo son las distintas formas de trato en una y en la otra.
Mi opinión particular es que para un estado no es conveniente , depender energéticamente de ningún otro país y menos si este se llama Rusia.
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