El cadmio es un metal pesado con número atómico 48 considerado
como uno de los elementos más tóxicos, junto con el mercurio y el plomo.
Se encuentra ampliamente distribuido en la naturaleza asociado
a distintos minerales. A su vez, el hombre ha contribuido enormemente a su
dispersión desde los inicios de la actividad minero-metalúrgica de otros
metales, y más tarde, al descubrirse la gran utilidad del cadmio en el ámbito
industrial.
La problemática del cadmio radica, además de en su elevada
toxicidad, en su larga vida media y en la capacidad para ser acumulado por los
seres vivos, por eso es importante bajar su concentración en la ingesta de
alimentos.
El cadmio es emitido al medio procedente mayoritariamente de
actividades industriales, minería, metalurgia, fabricación y aplicación de
fertilizantes de fosfato y de la incineración de residuos urbanos.
Dado que alimentación es una de las fuentes importantes de
entrada de cadmio en nuestro organismo, es importante legislar el contenido
máximo de Cadmio en los fertilizantes fosfatados que es asimilado por la planta
que posteriormente consumiremos.
Es por ello que la Unión Europea está negociando establecer
nuevos valores límite de cadmio en los fertilizantes a base de fosfatos, que se
usan en todo tipo de cultivos, para protegernos de su toxicidad. En cambio el
Gobierno español se opone a que Europa rebaje los límites tóxicos permitidos en
los fertilizantes agrícolas. Motivo, ¿no le preocupa nuestra salud?
La ministra Tejerina defiende a la industria agroquímica y
frena en Europa una bajada de tóxicos en los fertilizantes
García Tejerina llegó al Ministerio desde Fertiberia, el mayor
productor español de fertilizantes, donde fue alta directiva hasta 2012.
Sin más comentarios y que nos siente bien el Cadmio
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