Sorprendentemente Pablo Iglesias apareció vestido de smoking
en la Gala de los Goya celebrada recientemente, de smoking, nada de traje con o
sin corbata.
Así se hace, del pantalón tejano y camisa al smoking,
efectivamente nada de medias tintas, sobre todo si es para contentar y de paso
recolectar en campos propicios, como bien puede ser el colectivo del cine
español y adláteres.
El "look Iglesias" permaneció inalterable en
multitud de ocasiones, incluso cuando fue llamado por el Rey, eso podría
calificarse de inapropiado, pero era coherente e inherente a su personalidad.
Otros pasaron de la pana al traje con concierto, es decir, a
medida que pisaban moqueta de despacho, iban acondicionando su indumentaria, de
tal modo que quedó el traje para el día y la chupa de piel para los
mítines. Una evolución de la especie
más que explicable y correcta.
Pero Iglesias no, como buen radical, de hecho cuanto más
radical, más radicales pueden ser sus estrategias, de modo que si la ocasión lo
merece puede desdecirse del mayor de sus argumentos.
En fin, de esa guisa, smoking y pajarita, tal parecía un
alto representante de la casta que dice combatir. Y entretanto, la "casta mas
subvencionada" de España, el mundo del cine, encantados.
En fin, "dime de qué presumes y te diré de qué casta
eres".
No hay comentarios:
Publicar un comentario