sábado, 24 de julio de 2021

Meminisse (Para el recuerdo)


 

Si no yerro, hoy es el último día en el que se puede recordar sin cometer un delito, los logros, avances y mejoras del régimen franquista. Por otra parte, lo haré con el desahogo y la sinceridad de quien no fue nunca partidario de la figura del Generalísimo.

Franco comandó al Ejército Nacional en la Guerra Civil. Las guerras son cruentas, y la de España lo fue de un lado y del otro. Franco no se alzó contra una democracia el 18 de julio de 1936. La segunda República dejó de ser demócrata en 1934, cuando el golpe de Estado socialista y el Gobierno del Frente Popular que habían perdido las elecciones. Con anterioridad a 1936, la segunda República desbarató los Derechos Humanos, incendió templos e iglesias, y asesinó desde el Poder a muchos de sus detractores.

Una camioneta oficial con policías a las órdenes del dirigente socialista Indalecio Prieto, aparcó junto a la casa del dirigente conservador don José Calvo-Sotelo. Los esbirros de Prieto detuvieron al líder de la Oposición, y le descerrajaron dos tiros en la nuca.

Días más tarde, la Guerra Civil comenzó.

Las fuerzas nacionales eran mucho menos poderosas que las republicanas. El marxismo-leninismo perdió la guerra por su desorden y ausencia de ideales. Un millón de muertos, la mayoría de ellos en las retaguardias. La URSS fue derrotada.

Y Franco se encontró en 1939 con una nación en ruina. Treinta años más tarde era la octava potencia económica del mundo.

Franco construyó más de cinco millones de viviendas sociales protegidas. Creó una infraestructura de transportes, abriendo carreteras y autopistas. España dejó de morirse de sed gracias a los pantanos, como bien reconoció Felipe González. Instituyó la Seguridad Social, y al cabo de los años, falleció en la habitación de uno de sus grandes hospitales de la Sanidad Pública, La Paz.

Las empresas se vieron obligadas a abonar a sus empleados las pagas extraordinarias de Navidad y del 18 de julio, a las que ningún obrero o trabajador socialista renunció. El poder de Franco fue autoritario, pero los políticos robaron muy poco. Prueba de ello es que, sin apenas carga impositiva, se realizaron obras públicas de dimensiones excepcionales. Y llegó el dinero del exterior. Se crearon miles de empresas y en España había un Gobierno,  no diecisiete. Cataluña y el País Vasco fueron las dos regiones mimadas del Régimen.

Después del boicot de la ONU, auspiciado por el exilio republicano, las naciones libres se abrieron a España. El Presidente de los Estados Unidos, Eisenhower, visitó España y abrazó a Franco. Estuvo tres días en España y no veintinueve segundos, como Sánchez con Biden.  La diplomacia española salvó la vida a decenas de miles de judíos. Su embajador Ángel Sanz Briz y su gesta así lo demuestran. No fue generoso con Don Juán, el exiliado de más largo destierro, pero dejó abierta la sucesión y el futuro. En cierta ocasión el Príncipe le pidió asistir a los Consejos de Ministros.

-"Puede hacerlo cuando Su Alteza lo estime oportuno. Pero no le va a servir de nada. Cuando sea Rey, tendrá que impulsar una democracia europea”.

Durante su régimen creó la clase media, predominante en España. Una clase maltratada en la actualidad y que es la base y el sostén de todo país económicamente fuerte.  Sabía perfectamente que su régimen desaparecería con su muerte.

“Alteza, ante todo, mantenga la unidad de España”.

De la ruina a la potencia mundial. Espero no haber delinquido recordando algunos de sus logros.

lunes, 12 de julio de 2021

El estrés y la salud.


 

La OMS define el estrés como “el conjunto de acciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”. El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional que nos pone en alerta dispuestos para la acción (lucha o huida).

Son muchos los factores por los que se puede producir el estrés (económicos, familiares, relaciones personales, miedos, ansiedad, inseguridad, etc.) En pequeños episodios puede ser positivo porque nos ayuda a evitar el peligro o a solucionar una situación límite. Pero cuando la situación de estrés es muy duradera o se da con mucha frecuencia puede producir diversos trastornos en el organismo, la enfermedad o incluso la muerte.

El estrés, según su intensidad y duración, nos puede afectar de dos maneras: la primera es que disminuye o bloquea la actividad digestiva con lo cual se frena el mantenimiento y crecimiento de las distintas células del cuerpo, provocando la debilidad, enfermedad o muerte de muchas de ellas; la segunda es que disminuye o bloquea el sistema inmunitario, con lo cual todo el cuerpo se queda desprotegido, dejando el camino libre a los microorganismos y toxinas nocivas que afectan negativamente a la salud; los parásitos, bacterias, virus, microorganismos en general, internos o externos, que normalmente están arraya con un sistema inmune activo, al estar bloqueado, nos dañan el organismo.

Tenemos que ser conscientes de que los miedos, la ansiedad, el nerviosismo y todos los estados estresantes, afectan negativamente a nuestra salud, por lo cual debemos hacer todo lo posible por evitarlos, disminuirlos o controlarlos de la mejor manera que sepamos o podamos: haciendo respiraciones profundas, ejercicios de relajación, no tomando excitantes, procurando ver los problemas y situaciones complejas de la forma más positiva posible, hacer ejercicio físico, buscar las causas de esa situación estresante, serenarse y hacer los cambios necesarios para reducir o evitarlas, etc.

Una alimentación equilibrada, el ejercicio físico y mental, el control de las situaciones estresantes y el descanso, son fundamentales para la salud y una buena calidad de vida, y están a nuestro alcance para poderlas realizar y controlar nosotros mismos. Por tanto estamos obligados a tomar las riendas de nuestra propia salud en todos los sentidos, pues la salud es particularmente nuestra y por esta razón somos los máximos responsables de ella,

La OMS define el estrés como “el conjunto de acciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”. El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional que nos pone en alerta dispuestos para la acción (lucha o huida).
Son muchos los factores por los que se puede producir el estrés (económicos, familiares, relaciones personales, miedos, ansiedad, inseguridad, etc.) En pequeños episodios puede ser positivo porque nos ayuda a evitar el peligro o a solucionar una situación límite. Pero cuando la situación de estrés es muy duradera o se da con mucha frecuencia puede producir diversos trastornos en el organismo, la enfermedad o incluso la muerte.
El estrés, según su intensidad y duración, nos puede afectar de dos maneras: la primera es que disminuye o bloquea la actividad digestiva con lo cual se frena el mantenimiento y crecimiento de las distintas células del cuerpo, provocando la debilidad, enfermedad o muerte de muchas de ellas; la segunda es que disminuye o bloquea el sistema inmunitario, con lo cual todo el cuerpo se queda desprotegido, dejando el camino libre a los microorganismos y toxinas nocivas que afectan negativamente a la salud; los parásitos, bacterias, virus, microorganismos en general, internos o externos, que normalmente están arraya con un sistema inmune activo, al estar bloqueado, nos dañan el organismo.
Tenemos que ser conscientes de que los miedos, la ansiedad, el nerviosismo y todos los estados estresantes, afectan negativamente a nuestra salud, por lo cual debemos hacer todo lo posible por evitarlos, disminuirlos o controlarlos de la mejor manera que sepamos o podamos: haciendo respiraciones profundas, ejercicios de relajación, no tomando excitantes, procurando ver los problemas y situaciones complejas de la forma más positiva posible, hacer ejercicio físico, buscar las causas de esa situación estresante, serenarse y hacer los cambios necesarios para reducir o evitarlas, etc.
Una alimentación equilibrada, el ejercicio físico y mental, el control de las situaciones estresantes y el descanso, son fundamentales para la salud y una buena calidad de vida, y están a nuestro alcance para poderlas realizar y controlar nosotros mismos. Por tanto estamos obligados a tomar las riendas de nuestra propia salud en todos los sentidos, pues la salud es particularmente nuestra y por esta razón somos los máximos responsables de ella.