Ahora
que tanto se habla de la memoria histórica y de los defectos o virtudes de la
transición de un régimen a otro. Desde mi conocimiento y mi punto de vista
quiero aportar mi granito de arena a este tema.
Lo
bueno de la transición es que se hizo en paz, sin
violencia, sin represalias, sin venganzas, ni rencillas o encontronazos
ideológicos, entre los que llegaban y los que se sentían obligados a dejar el
poder.
Si
todo esto se hizo así, según mi conocimiento y punto de vista, es porque había
miedo por ambas partes, por los que se sentían obligados a dejar el poder, o
dar paso a un nuevo régimen político; miedo a dejar el poder y a las
represalias de los que consideraban enemigos del régimen, que pudieran llegar a
formar parte del Estado. Y por los políticos opositores al régimen, que también
tenían miedo de los que todavía ostentaban el poder y, pudieran actuar contra
ellos para conservarlo.
A
los políticos que sin duda se tenía más miedo desde el régimen franquista, eran
a los comunistas y algunos socialistas en el exilio, no a los nacionalistas ni
felipistas o socialdemócratas del nuevo PSOE, que hicieron muy poco o nada
contra el régimen franquista. Y que en el caso del nuevo PSOE encabezado por
Felipe González y Alfonso Guerra consentidos y protegidos desde antes de que
muriera Franco por Carrero Blanco en España, y el alemán Willy Brandt jefe de
gobierno y de la socialdemocracia alemana que, dio su apoyo al PSOE de Felipe
González; este con el seudónimo de Isidoro se movía tranquilamente por España y
toda Europa, a sabiendas de que no corría ningún peligro con los dirigentes del
franquismo, porque se sentía amparado, permitido y protegido por el régimen
dictatorial, que no lo consideraban peligroso para formar parte de los poderes
del Estado. Esto también forma parte de la memoria histórica, que los españoles
deberían de conocer, para saber de dónde venimos y adonde nos pueden llevar los
dirigentes políticos que tenemos.
Lo
malo de la transición fue que, por miedo de unos, partido Comunista,
y oportunismo de otros, PSOE y Nacionalistas, dieron paso a un régimen de
Monarquía de Partidos y elaboraron una Constitución antidemocrática, llena de
incongruencias, que nadie respeta, ni cumple y que muchos partidos,
especialmente los de izquierda, quieren cambiar o modificar mirando a sus
intereses y no a la libertad política de los ciudadanos. Se repartieron el
poder y la tarta del Estado con arreglo a los votos que pudieran sacar en las
elecciones, todo ello sin contar con el pueblo, que ha estado y está ausente,
al margen de todas las decisiones políticas de nuestro país y que tanto nos
atañe, queramos o no, a los ciudadanos. Porque así lo han querido y quieren los
políticos que hemos tenido y tenemos desde siempre en España. Con los que han
tenido y tienen el poder del Estado.
Ahora
los partidos llamados de Izquierda, especialmente PSOE, puesto que es el que
gobierna; siguen destapando la caja de los truenos, profundizando en las
heridas y rencillas de unos españoles contra otros, como lo hizo Zapatero en su
día, cosa que se les da muy bien, remover las miserias del pasado que les
interesa a ellos para entretener, engañar y manipular al pueblo. Y alimentando
e incrementando el riesgo de la ruptura de la Nación y el Estado, dando más
privilegios, competencias y dinero a los nacionalistas como lo está haciendo el
gobierno de ZPedro con tal de seguir y mantenerse en el poder.
Entiendo
que haya gente de la izquierda en general que, moralmente, no esté contenta con
la transición del régimen de Franco al de partidos políticos estatales que
tenemos ahora, y que dista mucho de ser democrático, pues ellos fueron junto
con los nacionalistas los que mayor mente nos metieron en él, y en las
autonomías. Pero lejos de intentar democratizar el país, gobernando con más
transparencia, cambiando la ley electoral, para que los ciudadanos puedan
elegir directamente a sus representantes y no a través de listas de partidos
hechas por sus oligarcas, dando más independencia al poder judicial, retirando
la inviolabilidad del jefe del Estado y los aforamientos, de todos los que lo
tienen que son muchos. Se dedican a colocarse en puestos claves del Estado y
empresas públicas, avivar y abrir heridas del pasado, aumentar las
desigualdades entre las regiones y los ciudadanos y aponer en peligro la unidad
de España. Esto es lo que hacen los socialistas y los que les apoyan.
Posiblemente lo único que saben hacer bien. Nada en favor de la igualdad, la
libertad política y la democracia que tengo la impresión de que no la conocen,
ni la quieren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario