Parece que finalmente, el próximo 26 de junio, votaremos
nuevamente (luche durante años para conseguir poder votar y me encanta hacerlo)
PERO me/os hago una pregunta retorica.
¿Alguno de vosotros/ yo mismo va a votar algo distinto de lo
que ya voto en el pasado diciembre?
Si el resultado lo extrapolamos a todos los posibles
votantes, es previsible que el resultado final en número de escaños sea igual o muy parecido al anterior y
entonces ¿qué?
Para algunas cuestiones como el paro, la pobreza, la desigualdad,
…, que me parecen urgentes, me viene a la memoria la fábula de “los galgos y
los podencos”. ¿Será que nuestros
representantes, de los partidos con representación parlamentaria, deberían
dejar de “jugar” con las cosas de comer y pensar en esas cuestiones por encima
de intereses personales o de partido?
(No me lo digáis, soy un iluso).
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