Aunque el PSOE insiste en comparar ambos procesos, son más
las disparidades que les separa que las similitudes que les unen.
En ningún otro momento de la democracia, España se ha
mantenido tanto tiempo con un Gobierno en funciones como en la actualidad. Si
bien es cierto que aún no se han sobrepasado los dos meses que transcurrieron
desde las elecciones generales de 1996 y la investidura del expresidente
popular José María Aznar, la convocatoria del Pleno de investidura para el
próximo día 2 de marzo permitirá superar ese récord. El PSOE intenta señalar
precisamente el precedente de 1996 para intentar revestir de normalidad una
situación que, simplemente por los plazos, está rompiendo los moldes
habituales, pero la situación actual tiene más diferencias que similitudes con
aquella. Son las siguientes:
Diez diferencias
1. Esta vez el Rey ha tenido que designar a dos candidatos
distintos. En primer lugar escogió a Mariano Rajoy y al declinar éste el
encargo, encomendó la formación de gobierno a Pedro Sánchez. En 1996 Don Juan
Carlos escogió desde el principio al ganador de las elecciones, José María
Aznar.
2. Otra anomalía del proceso político actual es el diferente
color político del presidente del Congreso, el socialista Patxi López, y el
vencedor de las elecciones, el líder popular. La elección del exlendakari salió
adelante gracias al apoyo de Ciudadanos que buscaba precisamente esta
diferencia de credo político confiando en que el líder popular lograría formar
gobierno.
3. Las negociaciones van a superar en esta ocasión y,
probablemente por mucho, el récord anterior de dos meses de plazo. Hasta el 2
de marzo habrán transcurrido dos meses y medio desde las elecciones generales y
la marcha de las negociaciones no asegura que Pedro Sánchez tenga apoyos para
salir elegido en ese primer debate. Aznar sí lo logró.
4. A dos semanas del debate de investidura de José María
Aznar, los apoyos estaban perfilados aunque aún no estaban cerrados los
acuerdos. En este momento, los posibles apoyos de Sánchez (Ciudadanos y PNV) no
son suficientes para asegurar su investidura y el líder socialista aún no ha
decidido en qué partidos (Podemos o PP) va a intentar apoyar su elección en el
Congreso.
5. Posible gobierno bicolor. El acuerdo entre PSOE y
Ciudadanos daría lugar a un gobierno íntegramente socialista ya que la
formación que lidera Albert Rivera no quiere participar en el nuevo ejecutivo,
siempre y cuando se abstengan el PP o Podemos. Sin embargo, ambas formaciones
insisten en que no facilitarán con su abstención un gobierno socialista.
Podemos condiciona su apoyo a entrar en el nuevo gabinete, obteniendo una
todopoderosa vicepresidencia y repartiendo proporcionalmente los ministerios.
En 1996 el PP llegó a plantear la entrada de CiU en el gobierno, pero
cediéndole tan solo un ministerio. CiU declinó la oferta y se negoció sobre un
gobierno monocolor del PP.
6. Aznar acudió al Pleno de investidura con un acuerdo de
Gobierno bajo el brazo, firmado por escrito por sus socios y no está claro aún
que Pedro Sánchez pueda conseguir lo mismo. Fuentes de Ciudadanos, con quien el
PSOE está centrando ahora mismo la negociación, explican que las conversaciones
entre ambas formaciones «marchan bien» pero ven difícil que pueda cerrarse un
acuerdo suficiente para superar el Pleno de investidura el 5 de marzo.
7. Elecciones a la vista. Aunque la posibilidad de repetir
los comicios planeó en 1996 tras conocer los resultados, se disipó varias
semanas antes de que se celebrara el Pleno de investidura. En esta ocasión, a
dos semanas del debate, la posibilidad de repetir las elecciones sigue
planeando sobre el panorama político español.
8. Riesgos para la economía. Los inversores internacionales
y las grandes empresas españolas no mostraron grandes intranquilidades ante los
posibles acuerdos de gobierno que podían establecerse tras las elecciones de
1996. Sin embargo, ya desde el inicio de la campaña electoral, el miedo a un
ejecutivo de Podemos o a que el posible gobierno pueda estar condicionado por
esta formación está paralizando inversiones extranjeras en nuestro país.
9. Nuevos partidos. Otra característica de este momento es
la irrupción de nuevos partidos con gran fuerza en el Congreso, Ciudadanos y
Podemos, con los que PSOE y PP nunca antes han negociado y con los que están
obligados a negociar. En 1996 todos los partidos venían hablando y
entendiéndose, dentro de sus diferencias políticas, desde la Transición.
10. Liderazgo débil del candidato a presidente del Gobierno.
En 1996 Aznar contaba con el apoyo sin fisuras del PP y carta blanca para
negociar un acuerdo de gobierno. En esta ocasión, el liderazgo de Pedro Sánchez
dentro del PSOE está muy cuestionado por los barones socialistas que le han
marcado unas claras líneas rojas de cara a la negociación, entre ellas, el veto
a aceptar un referéndum en Cataluña como exige el líder de Podemos, Pablo
Iglesias.
Y solo dos similitudes
11. La segunda votación para la investidura del candidato
socialista Pedro Sánchez tendrá lugar el sábado 5 de marzo. Se celebrará con
toda seguridad ante la falta de apoyos para superar la primera votación, el 3
de marzo, con mayoría absoluta. También la primera investidura de Aznar se votó
en sábado.
12. El resultado de las elecciones arroja una clara incertidumbre
política que, en la práctica, da opciones de gobierno a los candidatos de los
dos grandes partidos: Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones y
vencedor de los comicios, y Pedro Sánchez, líder de la oposición y perdedor de
las elecciones. También en 1996 se barajó la posibilidad de que el candidato
socialista, Felipe González, entonces presidente del Gobierno en funciones y
perdedor de las elecciones alcanzara un pacto de gobierno con otras
formaciones, ante la ajustada victoria electoral de Aznar, aunque el político
andaluz declinó esta posibilidad.
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