Pero eso sí, tal como yo lo veo, el susto que le metió ayer en el cuerpo el gallego presidente en funciones lo mantendrá con diarrea por lo menos hasta el próximo sábado, en el que no sé si rodará su cabeza, pero sí sé que le dolerá el culo... de tantas patadas como le van a dar los suyos y las suyas.
Por cierto, tiene bemoles que el cuasi tramposo del todo vale que tal hace (lo del "como sea" quiero decir) y su vocero tilden de "trilero" al muy vivo ganador de las elecciones, simplemente por el despecho y la rabieta que les deben estar generando los reflejos demostrados por quien, esquivando la eutanasia (política en este caso) que los amigos y promotores de la ídem querían aplicarle, les ha roto la cintura al mejor estilo de Messi o Ronaldo. Pero desafortunadamente, la elegancia en el saber perder o reconocer las buenas jugadas del contrario (un contrario que, pese a quien pese, viene jugando a un muy alto nivel desde hace cuatro años) es un bien escaso en esta "casta", que diría el Sr. PI.
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