Eisvogel declara en el nuevo número de la revista económica germana que el servicio secreto chino lee los correos electrónicos y escucha las conversaciones, por lo que se deben evitar estos sistemas de comunicaciones.
"Estas recomendaciones funcionan especialmente para países de riesgo como China y Rusia", afirma Eisvogel.
El vicepresidente del BfV declara que muchos directivos alemanes viajan sin tener en cuenta estas recomendaciones y que cuando con excusas se les hace salir de sus habitaciones, despachos o salas de conferencia, a su regreso comprueban que alguien ha manipulado sus ordenadores o teléfonos con acceso a internet.
La advertencia de Eisvogel no es nueva, ya que el presidente de la Oficina de Protección de la Constitución, Heinz Fromm, avisó el verano pasado contra el espionaje industrial a los empresarios alemanes, sobre todo a los de rango medio.
Desde 2005 los ataques contra los sistemas informáticos alemanes procedentes de Asia, principalmente China, se han multiplicado considerablemente.
El Ministerio federal del Interior anunció a finales de diciembre que también los sistemas informáticos del Estado habían sufrido ataques informáticos, sobre todo desde China.
Por ello esta semana pasada un portavoz del Gobierno de Angela Merkel anunció que se estudia la creación de un centro de defensa informático.
Según estimaciones oficiales, el espionaje industrial en Alemania le cuesta anualmente al país entre 20 y 50 millones de euros en pérdidas.
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