Dentro del sistema de partidos (partitocracia – coronada), corrupto hasta la médula, existen como siempre han existido algunas discrepancias entre el PSOE y el PP, las dos fracciones mayoritarias del poder político que tenemos en España. Actualmente los que tienen el poder del Estado (P. Sánchez-PSOE) y la oposición (Feijoo - PP) que gobierna en once comunidades autónomas además de Ceuta y Melilla. Ambas fracciones del poder y desde la transición política se han venido repartiendo no solamente el poder político, sino también todo el poder institucional del Estado. Con la llegada de P. Sánchez al Gobierno a través de una moción de censura contra el Gobierno de Rajoy y el apoyo de todos los que están en contra de España, nacionalistas separatistas y proetarras, P. Sánchez se decantó desde el primer momento por la Autocracia (forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley), para lo cual empezó a negociar/conceder a los nacionalistas - separatistas todo lo que fuera necesario para mantenerse en el poder y desbancar al PP de todas las instituciones para hacerse progresivamente con todo el poder institucional del Estado.
Como es lógico el PP, ahora con
Feijoo a la cabeza reaccionan ante las pretensiones claramente dictatoriales de
P. Sánchez-PSOE de ocupar mayoritariamente todas las instituciones del Estado,
pero siempre dentro del mismo sistema político “partitocracia” y una ley
electoral antidemocrática no representativa de los ciudadanos, sino de los
partidos políticos que además favorece a unos más que a otros y sobre todo a
los nacionalistas, haciendo a estos últimos imprescindibles para formar
gobiernos, y estar constantemente mercadeando su apoyo, bien al PSOE o al PP a
cambio de privilegios para ellos. Con esta ley electoral y el sistema político
que tenemos en España que otorga a los partidos políticos mayoritarios y
nacionalistas un poder desmesurado para poder hacer lo que quieran sin ningún
tipo de responsabilidad, dando lugar a la diferencias de trato del Estado de
unas comunidades a otras y por tanto a los ciudadanos, la ruptura y división de
España, y ahora a la autocracia que nos está implantando P. Sánchez para
alcanzar el poder absoluto del Estado. No podemos esperar nada bueno.
La resistencia del PP y sus
allegados a las pretensiones de P. Sánchez-PSOE no es para cambiar la ley
electoral antidemocrática que tenemos, ni el régimen corrupto de partidos por
otro verdaderamente democrático con separación real de poderes y la igualdad de
todos los ciudadanos ante la ley, ni por la soberanía de la nación y el pueblo
español. No nos engañemos una y otra vez. El PP no hará nada de esto y por
tanto no solucionará ningún problema importante y crucial de los que tiene
España, corrupción, desigualdad y/o división de España, injusticia social,
inmigración, ruina económica, y dependencia total del exterior. Lo que podemos
esperar del PP, es que quizás no acelere tanto la ruptura y la ruina de España
como lo está haciendo Pedro Sánchez, pero al final llegaremos al mismo sitio si
seguimos defendiendo, como quiere el PP, la ley electoral y la partitocracia o
sistema de partidos que tenemos y que
por muy decepcionante que parezca dentro de él no puede haber ningún tipo de
solución. Gobierne quien gobierne (PSOE o PP), tanto el uno como el otro seguirán sin hacer nada para contra la
corrupción y ambos estarán a lo que les dictan desde el exterior (más si cabe
el PP que el PSOE), Bruselas, EEUU y elites globalistas que solo les interesa
una España sumisa, con gobiernos corruptos y dividida para que no levante
cabeza y hacer con nosotros lo que quieran, como lo están haciendo ahora por el
régimen político, ley electoral y estado de las autonomías que tenemos, caldo
de cultivo de la corrupción y el mal gobierno.