¡Comienza la fiesta del reparto de poder en España! Y para ello comenzaremos con las elecciones municipales y autonómicas. Estos comicios suelen ser un claro índice de lo que va a ocurrir más tarde en las Elecciones Generales que se celebrarán posiblemente también al final del año.
El voto representa tu parcela de poder en el país. Puedes decidir utilizarlo o no, pues en España es un derecho y no una obligación, como todavía en algunos países. El día de las elecciones es el momento en que de manera directa y clara ejercitas tu derecho a decidir quién será tu jefe, y tendremos que aceptar como algo evidente que cuando votamos, en realidad estamos cediendo nuestro poder de decisión, nuestro derecho a actuar y decidir -e incluso parte de nuestras libertades- a otra u otras personas.
Un país no pertenece a los políticos, ni tampoco al gobierno de turno: Un país pertenece a sus ciudadanos, que cuando ejercitan su derecho a voto, lo hacen para delegar sus poderes, su pequeña porción de propiedad nacional, en otras personas.
Evidentemente no todos pensamos de la misma manera, ya que unos se sentirán atraídos por la verborrea de algún dirigente, otros preferirán elegir un partido político afín a sus ideologías y otros sencillamente preferirán no prestar atención a nada que tenga que ver con política (por cierto, lo que considero un craso error).
En lo que respecta a la mayoría de los ciudadanos, los opciones que tenemos actualmente son las siguientes:
A) Votar al partido político elegido.
B) Votar, pero a nadie en particular (voto en blanco).
C) Abstenerse de votar.
1) QUIERO QUE SALGA GANADORA UNA DETERMINADA FUERZA POLÍTICA
Opción A. Si lo que deseas es que gane tu partido político, simplemente deberás votar el día de las elecciones al que más te guste, así de sencillo. Muy probablemente esa será la opción mayoritariamente elegida por los españoles, puesto que siguen creyendo que viven en una democracia y que aún se pueden producir cambios con una votación cada 4 años y con los mismos “varones” de los partidos década tras década. Pues has de saber que con tu voto estás dando carta blanca a ese partido para hacer con él lo que quiera, de hecho, ya ni siquiera se molestan en cumplir mínimamente su propio programa electoral.
2) NO ME GUSTA NINGÚN POLÍTICO, PERO QUIERO QUE SE VAYA EL ACTUAL
Opción A ó la C (votar o abstención). Si eso es lo que deseas, probablemente tú seas de los que elegirán el llamado “voto de castigo”, es decir, votarás al -en teoría- enemigo del partido político que no quieres que gane, que suele ser el que se encuentra actualmente en el poder. Si hay un adversario político definido, sin duda esa será tu elección, ya que de esta manera piensas que le harás el mayor daño posible.
3) NO ME CONVENCE NADA DE LO QUE HAY
Opción B (voto en blanco). Si tu deseo es que alguien gobierne con el sistema actual, pero ninguna de las opciones te convence demasiado debes introducir en la urna el sobre de la papeleta vacío (lo que se llama voto en blanco). De esta manera aportas tu granito de arena al sistema, pero sin especificar nada en particular. Este método de participación tiene la característica de que suele beneficiar al partido mayoritario. Esto es así debido al método de recuento elegido en España (y muchos otros países) llamado método D’Hondt.
La particularidad de este sistema es que a la hora de repartir las parcelas de poder (escaños) se tienen en cuenta todos los votos, tanto los que designan a un poder político como los que han votado en blanco. De esta manera el recuento final beneficia claramente a la opción que más votos haya obtenido, perjudicando al resto. Si seleccionas esta opción, significa que estás completamente de acuerdo con el sistema establecido, aunque no te guste ningún partido político. Es decir, que si votas con la papeleta en blanco en realidad estás votando al partido ganador, sin siquiera saber quién va a ganar.
4) QUIERO UN CAMBIO REAL
La opción C (abstención). Atención, haz esto sólo si realmente quieres cambiar El Sistema. Esta tercera opción es la más temida por los políticos. Si sigues cualquier campaña en unas elecciones en cualquier parte del mundo, comprobarás que lo que siempre piden y buscan -todos sin excepción- es que haya una fuerte participación ciudadana. ¿Porqué? Porque esto refrenda el sistema, alimenta su poder, y como ya habrás deducido, sin votos no hay poder. Recuerda que un voto es en realidad una entrega de poderes a otros.
De todas maneras, cuando haces uso de tu voto estás apoyando todo el sistema sin ambages de ningún tipo. No hay blanco ni negro, si vas a votar, estás aceptando los términos establecidos, literalmente como si firmarás un contrato. Si estás aceptando y apoyando todo el sistema político actual, ¿Por qué iban a querer los políticos cambiar algo que les beneficia claramente?
Si participas en las elecciones votando de una manera u otra, les estás dando legitimidad y les estás apoyando: Apoyando el sistema político de castas, apoyando los privilegios que se han adjudicado a sí mismos, sus mentiras, engaños y en definitiva, apoyando de una manera firme y sin fisuras todo lo que es hoy día la política: Corrupciones, amiguismos, sobornos, abusos, vendettas, robos, malversación, derroches, injusticias y privilegios auto asignados.