miércoles, 20 de junio de 2018

La nueva ministra de Sanidad.

Carmen Montón, escribió, en su anterior cargo al frente de la consejería del ramo valenciana, un polémico historial entre acusaciones de enchufismo y endogamia. Al menos 23 casos de nepotismo ha contabilizado OKDIARIO.
El caso más representativo fue el de su marido, Alberto Hernández Campa, fichado como gerente de Egevasa, empresa pública de aguas dependiente de la Diputación de Valencia y presidida por PSPV-PSOE.
Hernández Campa acabó dimitiendo a los tres días, sin llegar a tomar posesión del cargo, por la controversia generada y para “no perjudicar a la empresa ni al servicio público que presta”. Pero ni esa renuncia cerró la crisis institucional abierta en el Gobierno valenciano. La vicepresidenta, Mónica Oltra, afirmó que la designación no era ética “ni estética”, mientras Montón -respaldada por el presidente valenciano, Ximo Puig- defendía el nombramiento de su marido asegurando que esta institución y la Generalitat corresponden a “ámbitos competenciales distintos”.
No era, en cualquier caso, ni el primer ni el único caso que vinculaba a Montón con cuestionados nombramientos. Unos meses antes, la consellería de la ahora ministra anunció que Mónica Almiñana, senadora del PSC, sería la nueva gerente del hospital La Fe. La polémica por esa designación adelantada obligó al departamento a organizar, de manera exprés, un proceso de selección por las vías oficiales que superó Almiñana, pero las reacciones llegaron tanto desde la oposición como del propio ámbito sanitario.
“Puertas giratorias con carnet del PSOE”
Apenas un año después de asumir el cargo, el PP -con la abstención de Podemos- logró sacar adelante una comisión de seguimiento de los procesos de selección y nombramiento en la consellería, ante la evidencia, denunciaron, de “casos de puertas giratorias, con grave perjuicio para muchos profesionales que no militan en el PSOE, haciendo del carnet socialista el principal y único mérito”.
Los ‘populares’ denunciaban el nombramiento indiscriminado de “hijas, cuñados y familiares de altos cargos” . Entre ellos, según la lista del PP, la exalcaldesa de Villena Vicenta Tortosa y exdiputada nacional del PSOE -y con relación personal con la consellera– como gerente del hospital de Elda, José Luis Chover, concejal socialista en el Ayuntamiento de Sagunto,  responsable del departamento de Salud de Sagunto… y un largo etcétera.
Otro de los casos más llamativos fue el del propio director general de Gestión Sanitaria. Un periodista, Germán Temprano García, logró el puesto en un proceso de selección con cinco candidatos. Pero la consellería de Montón nunca publicó el expediente del procedimiento.
La polémica de Alzira
Aunque sin duda el caso más polémico fue la reversión de la privatización de la gestión sanitaria del Hospital de La Ribera, culminada a principios de abril, y considerado por los defensores de la ministra como el gran logro de su gestión valenciana.
El cambio -por el que la Generalitat asume directamente la gestión del hospital de Alzira, 14 centros de salud y una treintena de consultorios- ya ha provocado, de entrada, el despido de 300 trabajadores con contrato temporal, además de la cúpula directiva.
Desde la plataforma en defensa del ‘modelo Alzira’ se lamentó la “escabechina” de la consejera de Sanidad, y se destacó que, a los trabajadores anteriores, habría que sumar más de 70 profesionales que en los últimos meses han dejado el departamento por las pocas garantías de la nueva gerencia pública.
La polémica ha perseguido a Montón hasta los últimos días al frente de la consellería. El foco ahora está en el hospital de Vinalopó, donde según el diarioinformacion.com, los sindicatos denuncian un nuevo caso de en el relevo del comisionado, un cargo de confianza encargado de supervisar la dirección en los centros de gestión privada. El relevo ha provocado varios ceses y nombramientos bajo la sombra del enchufismo.


martes, 19 de junio de 2018

La millonaria reforma que planea la esposa de Pedro Sánchez en La Moncloa.


    Begoña Gómez ha reconocido a su entorno más cercano que se ha encontrado con un mobiliario “muy antiguo”.
La llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa también traerá novedades en el palacio. Begoña Gómez planea cambios importantes en el mobiliario porque se quedó “horrorizada” con los muebles de la residencia privada.
La esposa del nuevo presidente del Gobierno habría ordenado un cambio integral del mobiliario. El domicilio presidencial cuenta con 200 metros cuadrados distribuidos en 8 habitaciones, 9 baños y 3 vestidores.
Conviene recordar que en 2006, José Luis Rodríguez Zapatero, destinó una importante partida de los Presupuestos Generales del Estado para renovar el mobiliario del palacio.
Qué bien se dispara con pólvora del Rey, estos son los progresistas, seguro que no va a Leroy Merlin a comprar el mobiliario.

viernes, 15 de junio de 2018

Mi punto de vista sobre el actual momento político que vivimos en España.


Partiendo de la base de que en el actual régimen de partidos que tenemos, todos son intereses de partido, demagogia y mentira. No me extraña nada lo que haga o pueda hacer cualquier partido político ya sea en el gobierno o en la oposición, aunque por eso no me deja de dar coraje y algo de frustración, cuando como acaba de hacer el recién estrenado gobierno socialista, levantando el control financiero a la Generalitat de Catalunya por el Estado; algo que sin duda facilita y da más alas a los separatistas, pero que de alguna manera, el actual gobierno socialista, tendrá que ir pagando el voto que recibieron de ellos en la moción de censura y les alzo al poder, que en definitiva es lo que está en juego y lo que interesa. Al margen de los ciudadanos de la democracia y de España.
Todo es demagogia, en la clase política, en los medios de comunicación, y en los que defienden el régimen de partidos que tenemos para beneficiarse de alguna manera viviendo del Estado o para destruirlo como quieren los nacionalistas, sin hacer más méritos que el de militar en un partido político, engañar, mentir o como servidumbre política de sus dirigentes. También hay otros que bien por ignorancia, cierta comodidad, miedo a lo desconocido o a perder su actual estatus social, prefieren o quieren que todo siga igual, haciendo el juego y colaborando con los partidos políticos de uno u otro signo.
No hay moralidad política y como consecuencia la sociedad se está contaminando. En España no hay democracia formal, lo que hay es un amago de democracia, una democracia aparente, que otorga libertades individuales, libertades que más bien son derechos de los ciudadanos, pero no libertad política para elegir a nuestro presidente de gobierno, ni a nuestros representantes en el parlamento.
Los intereses en juego en el régimen de partidos que tenemos, se diga lo que diga, son en primer lugar los intereses de los dirigentes políticos y luego los de su partido y allegados. Los intereses de España, relacionados con la supervivencia de la nación, la integridad territorial, la soberanía nacional, el bienestar de los ciudadanos, la igualdad de la que tanto hablan y la paz social, que deberían ser prioritarios para cualquier gobernante democrático. Están en peligro por los nacionalismos separatistas, las autonomías y el régimen de oligárquico de partidos estatales. Y es que los problemas que están surgiendo en España con los nacionalismos separatistas y la corrupción no se pueden solucionar por los mismos que los crearon, la oligarquía de los partidos políticos que se reparten los poderes del Estado. Los intereses de partido y de sus oligarcas, incapaces de solucionar estos conflictos, los acrecientan, debilitan y hacen perder prestigio al Estado. Y si los españoles no lo remediamos, de alguna manera, terminaran destruyendo España.
Sería bueno, o más bien necesario, que el pueblo español despertara de una vez y dejara de hacer la cama a los partidos políticos, que junto con la monarquía tienen el poder y la soberanía de España. Pues se quiera o no se quiera, son los culpables de la debilidad, pérdida de energía y credibilidad del Estado para solucionar los problemas existentes en nuestro país. Entre otras cosas porque han sido ellos los que los han creado (con las autonomías) y colaborado por intereses partidistas y de reparto de los poderes del Estado con los nacionalismos para llegar a donde hemos llegado.
Discutir entre los ciudadanos qué partido político o dirigente político es más o menos corrupto o embustero, entre quien es más o menos progresista, de derechas o de izquierdas, quien lo hace mejor o peor en el gobierno o en la oposición. Cuando todos, dirigentes y partidos, buscan sus propios intereses personales y partidistas que no tienen que ver nada, ni con los ciudadanos, ni con la Nación. No me parece nada útil, ni constructivo, es simplemente entrar en su juego, perder el tiempo, ya demostrado en más de cuarenta años, que no vamos por buen camino y si queremos hacer algo positivo, diferente, por nosotros mismos y por los que vienen de tras de nosotros, tendremos que cambiar de referencia, de paradigma, en este caso de forma de ver y actuar en la política, en la medida que podamos hacerlo, ya que a todos nos interesa, por nuestra seguridad, nuestro futuro y bienestar, por la democracia e incluso por nuestra propia moralidad.
Por lo anteriormente expuesto, pienso que participar en unas elecciones, votando a una oligarquía de partidos. Donde los ciudadanos son simples invitados y no los verdaderos protagonistas para elegir a sus gobernantes y representantes, participando en un sistema viciado, injusto y no democrático, simplemente para dar legitimidad a los partidos políticos que junto con la monarquía tienen todo el poder político del Estado. Se está convirtiendo, al menos bajo mi punto de vista, en una falta de moralidad, por los ciudadanos, al colaborar con la propia inmoralidad política de los partidos y/o en una servidumbre voluntaria de estos.
Primero las libertades políticas y una verdadera democracia que no tenemos, para hacer unas buenas reglas del juego (Constitución) que todo el mundo respete; que tenga claros elementos para proteger a las minorías, la democracia y la integridad de España; que incluyan la separación de poderes; la estructura del Estado, distinta a la que tenemos ahora; una ley electoral justa y equilibrada, para elegir presidente de gobierno en circunscripción única para toda España y representantes en el parlamento en circunscripciones aproximadas de cien mil electores (36. 518.100 electores : 100.000 = 365 diputados aproximadamente), de forma separada y sin listas de partidos; que cualquier español pueda presentarse libremente, pertenezca o no pertenezca a ningún partido político o asociación. Lo primordial es que tengamos libertad política para elegirlos y deponerlos si se corrompen o incumplen el mandato por el que han sido elegidos.


martes, 12 de junio de 2018

Que no se lo pongan fácil..


No se trata de poner difícil o fácil se trata de que las cosas sean o no fáciles.
·         Y desde luego, P. Sánchez se encuentra con una España donde, con todos los problemas, ahora hay margen de maniobra para actuar, (desde el plano económico).
·         Se encuentra con un problemón que es buscar una manera de restablecer la unidad de España, rota por el independentismo catalán desde las instituciones y con amenazas, aunque tímidas, desde los ámbitos vascos.
·         Se encuentra con su competidor natural, hasta ahora, que es el PP, dolido por el “mandoble” recibido e intentando reponerse en su rincón del cuadrilátero.
·         Por otra parte tiene a su lado al peor de los amigos de los que bien se puede decir aquello de “con amigos como estos para qué quiere uno enemigos” (Unidos Podemos y sus variantes)
Pero, en estas pocas horas que han pasado desde el viernes, observo que el periodismo en general todavía anda más torpe que la política, y siguen hablando de unos y de otros en las mismas claves que hablaban antes de la MC.  Siguen criticando al PP de forma desaforada aquellos que le criticaban como si todavía estuviera en el gobierno y fuera el partido al que hay que derrocar.  ¿Será que en su ofuscación no se enteraron del resultado de la MC?  Por otra parte los medios menos duros con el PP están tratando de encontrar las causas de cómo se llegó a esta situación, ¿otros que no se han enterado?.    Para mi todo esto demuestra que esta situación ha sido un auténtico “shock” y que tendremos que esperar unas semanas hasta que todos se enteren y sean conscientes de que ahora el gobierno de España lo ostenta el PSOE y que es P. Sánchez quien tiene que mover ficha nombrando su equipo y estableciendo un conjunto de prioridades de actuación.  Y, en mi opinión, hará bien en no estar demasiado pendiente de lo que los “medios” quieren de él.  El PSOE ha gobernado muchos años en España, y, cuando no se ha dejado llevar por la precipitación ni por dar gusto únicamente a los que le jaleaban, ha gobernado de forma muy digna.  Esperemos que el nuevo gobierno siga siendo el adalid de la política con mayúsculas. 

lunes, 11 de junio de 2018

Moción de censura y democracia.



Con la moción de censura presentada por el PSOE a Mariano Rajoy. Podemos entrar a criticar el oportunismo de Pedro Sánchez y sus ganas desmesuradas de llegar a presidente del gobierno, sea como sea, y como lo ha conseguido.
Podemos entrar a criticar a todos los partidos políticos, pues todos conocían, hace tiempo, las corruptelas del PP ,y ninguno había hecho nada hasta ahora; como igualmente muchos de ellos conocen las suyas, sus corruptelas,  especialmente el propio PSOE y el PDe CAT. Ósea que el tema de la corrupción no es nuevo ni exclusivo del PP, la corrupción es sistémica, está presente en la sociedad y especialmente en todos los partidos políticos que de alguna manera han tenido o tienen poder en alguna institución del Estado.
También podemos criticar a los nacionalistas que en cuanto tienen ocasión hacen lo que pueden para sacar el máximo provecho del Estado, al que entre otras cosas quieren destruir. Caso del PNV, que después de sacar una buena tajada al gobierno en los Presupuestos del Estado, con el cupo vasco, al día siguiente lo deja tirado formando una piña con los que solo buscan debilitar y destruir al Estado, y con los que, sospechosamente, dejan quererse por ellos.
Aparte de lo anteriormente expuesto hay cosas que en otras ocasiones pasan más desapercibidas, pero ahora quedan más al descubierto como es la elección del presidente del gobierno en una moción de censura, donde se elige presidente sin mayoría de diputados de un solo partido. En el Estado de partidos son los jefes de partido quienes eligen al jefe del ejecutivo y no los ciudadanos como debería ser en una auténtica democracia, ni siquiera podemos decir que lo eligen los diputados, ya que estos carecen de libertad de voto, por mandato imperativo de su propio partido; esto último prohibido por la propia Constitución Art. 67.2. Por lo tanto, queda claro que los ciudadanos en ningún caso tienen la elección de elegir a sus propios gobernantes. Y por otra, que los partidos políticos no cumplen ninguno, en la mayoría de los casos, la Constitución que tanto reclaman.
En el Estado de partidos también queda claro que el poder ejecutivo y el legislativo son la misma cosa. El partido político, que solo o acompañado por otros, obtiene la mayoría en el Parlamento (poder legislativo), puede formar gobierno (poder ejecutivo). Y por tanto el presidente de gobierno puede ejercer el poder de gobernar y legislar a su conveniencia. No hay separación de poderes, imprescindible en toda democracia. Ni tampoco independencia del poder judicial, toda vez que al Fiscal General del Estado y Tribunales de Justicia los elige también el gobierno de turno y el parlamento respectivamente.
Por otra parte, si el poder legislativo echa abajo al poder ejecutivo, bien sea por corrupción, por una pésima gestión o abuso de poder; el legislativo, también tiene que disolverse, inmediatamente después, y convocar unas nuevas elecciones. Lo mismo debería ocurrir, pero a la inversa, si fuera el gobierno (poder ejecutivo), el que por alguna cuestión grave como no aprobar los Presupuestos del Estado o bloqueo de iniciativas del gobierno por el parlamento, fuera este el que disuelve al legislativo. Los poderes se deben de controlar unos a otros para que no haya abuso de poder por ninguno de ellos, pero no tiene que haber preponderancia de uno sobre otro. Si uno de los poderes disuelve al otro, el que disuelve tiene también que disolverse inmediatamente después, para que sea el pueblo el que, en unas nuevas elecciones, separadas lógicamente, elija de nuevo a los dos.
Queda claro que no tenemos democracia y que todo es demagogia y mentira. En definitiva, lo que tenemos es una oligarquía de partidos que gobiernan y se reparten el poder entre ellos, haciendo participes a los cuídanos de su propio engaño.